En junio de 2005 estuve ahí y viví a Café Tacvba. Las líneas del metro, próximas al Centro Histórico (Bellas Artes, Allende, Pino Suárez, Zócalo) fueron cerradas. Aunque sea gastada la analogía, eran “ríos de gente” caminando, convocados por 4 músicos que pareciera que tocaran siempre, sólo por el prohibido placer de disfrutar.
Nacen hace 21 años en Ciudad Satélite, una colonia fresa al norte del D.F. primer intento por construir un complejo residencial agringado que por fortuna tuvo la participación de gran Marío Pani y el maestro Luis Barragán . Su nombre lo deben a un restaurancito en el Centro de la Ciudad de México al que algunos de los integrantes solían acudir . En cada disco su vocalista (Rubén Albarrán) cambia de nombre y muy pocos mexicanos de 32 años hacía abajo, no tienen al menos un recuerdo con alguna de las rolas (canción en mexicano) de Cafeta.
Bailé con Mariana “Las Batallas” , una innumerable cantidad de veces. Le pusieron música a la novela breve mexicana más hermosa, escrita por el único niño-viejo del País, José Emilio Pacheco . Rescataron el homenaje a la “ch” de Jaime López , un roquero sesentero, y mostraron al mundo el colorido de México hasta para hablar. Aunque resulta ocioso decirlo, los escuchan los fresas y la banda. Y lo mejor, lo cantan, bailan, lloran y lo disfrutan igual.
Pienso en un antiguo amor chilango cada vez que escucho “Aviéntame”, y también me llegan a la memoria imágenes de Amores Perros , de Guillermo Arriaga (guión) y Alejandro Iñárritu (dirección), revelación narrativa del cine en este país.
Pueden hacer una canción de las que exige la vorágine ambición de la millonaria industria discográfica , popularizar un son jarocho con la canción de un dominicano , hacer proliferar en los conciertos la imbécil máscara de una gallina y un extraño baile con la canción chilena de Los Tres .
Un amigo me dijo que hay un artículo de un osado que los nombró, “Los Beatles latinos ”.
Ellos muestran el agridulcemexicano, -“Ingrata, no me digas que me quieres”… - son un cántico de fiesta que suena “paparupapa euuuu eoooo” , y efectivamente, “la vida es un gran baile y el mundo su salón”.
No fijan postura política, es, mejordicho, de clases . La dignificación de los pueblos indígenas , los movimientos ecológicos , la apropiación de la ciudad, el rescate de lo más antiguo y lo más moderno de nuestros ruidos, esos son sus temas.
En 21 años de existir (desde 1989), cada uno de los integrantes de Café Tacvba -Rubén Albarrán (voz), Enrique Rangel (bajo), Emmanuel del Real (teclados y secuencias), Joselo Rangel (guitarra)- han generado, además de la música más versátil y original de las últimas 2 décadas en México, los más intensos recuerdos para toda una generación que necesitaba, -de manera urgente-, musicalizar sus vidas con una banda sonara, pero en “mexicano”.
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Alguien gritaba, “¡hay un niño herido!” y la marea de gente abría paso. Después el camino, como azúcar llenando un recipiente, volvía a inundase de cuerpos. Eran 175 mil humanos en un espacio de 46 mil 800 m² (195 m x 240 m) y ella quería llegar hasta el asta de la bandera. Imposible. Desistimos y de pronto, en medio de un “mar picado” de personas, nos dedicamos al prohibido placer de disfrutar (de fondo Café Tacvba, a todo lo que da).
Luis Miguel López (periodista en México, especial para Conexsom latina por Ricardo Viel)
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